Los superpoderes de una mamá

 Y por fin llegó nuestro día! El Día de la Madre... O mejor dicho, de las S-U-P-E-R-M-A-M-Á-S, en mayúsculas porque todas las que somos o ejercemos como tal somos especiales y todo gracias a ese pedacito de nuestra vida que son los HIJOS, así que también este post va dedicado a ellos y por supuesto, especialmente al mío que hoy como todos los días me hace inmensamente feliz.

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Desde el mismo momento en que me enteré que iba a ser mamá, algo escondido en mí salió por sorpresa. No, no os asustéis que no nos convertimos en el increible Hulk ni nada por el estilo aunque a veces nos ponemos de todos los colores cuando nos enfadamos. Y debe ser que a partir de ese momento empecé a desarrollar "superpoderes".

Sí sí, lo que leéis, las mamás tenemos "superpoderes". ¿Qué no os lo creéis? Pues os voy a contar todo lo que somos capaces de hacer.

De repente, nuestro bolso se convierte en el de Mary Poppins y sin saber cómo somos capaces de llevar un paquete de toallitas, un chupete, un pañal de emergencia y el pañuelo con los mocos de nuestro niño.

Nos volvemos más rápidas que un cohete y vamos disparadas para llegar a tiempo a todos los sitios.

Hacemos mil malabarismos para abrir la puerta, sostener el correo con la barbilla, poner la lavadora y todo ello con el abrigo puesto.

Somos campeonas de atletismo capaces de  pasar de 0 a 100 en décimas de segundo para evitar más de un descalabro, una brecha en la cabeza y cinco puntos de sutura.

Somos unas excelentes economistas capaces de ponernos la ropa de hace 15 años y decir que es un modelito "vintage" con tal de que nuestros hijos vayan bien guapos y de estreno.

Somos capaces de crear moda e ir con el pelo de dos colores "a lo Mónica Naranjo" y decir que en cuanto tengamos un huequito, tan solo uno pequeño iremos a la pelu.

Somos las mejores cuentacuentos que leemos e inventamos mil historias divertidas. Somos las mejores cantantes y todas las noches damos nuestro mejor Do de pecho para acunar a nuestro bebé mientras se duerme. Somos unas heroínas que vencemos siempre las pesadillas con caricias.

Somos magas que hacemos desaparecer las lágrimas con un beso y con solo una mirada sabemos si nuestro hijo tiene fiebre, cuánta y lo que tenemos que hacer y todo ello, sin ser médicos o enfermeras.

Y nada de esto sería posible sin el único superpoder que realmente no es de las madres, si no de los hijos, su sonrisa.